Irán juró venganza en 2020 por el asesinato de Mohsen Fakhrizadeh , científico considerado el cerebro del programa de armas nucleares de la república islámica, y ya se la ha cobrado. El régimen islámico informó de la ejecución de Alireza Akbari, exalto cargo del régimen de 61 años, después de ser condenado por «corrupción en la Tierra y daño a la seguridad interna y externa del país al transmitir información inteligencia», reveló la página web del poder judicial Mizan Online. La república islámica le acusó de pasar información a Reino Unido sobre de decenas de altos funcionarios, entre ellos Fakhrizadeh. La familia lo niega y denuncia que se trata de un castigo por motivos políticos. Akbari era calificado de «súper espía del M16» por las autoridades y medios iraníes y el portal Mizan reveló que habría cobrado más de dos millones de dólares por los servicios prestados. Veterano de la guerra con Irak, exmiembro de la Guardia Revolucionaria y exviceministro de Defensa, se trataba de un alto cargo del régimen con hilo directo con Ali Shamkhani, actual jefe de seguridad y ministro de Defensa de 1997 a 2005, cuando Akbari fue su adjunto. Tras una vida vinculado al régimen en cargos de responsabilidad relacionados con defensa, el programa nuclear y la seguridad nacional, Akbari y su familia se mudaron a Londres hace una década, donde obtuvo la doble nacionalidad. Los familiares defienden que le dieron el pasaporte por sus inversiones y negocios en el país, desde Teherán aseguran que fue una recompensa más por su labor de espionaje. Viaje trampa En 2019 regresó a Irán de visita y su hermano Mehdi declaró a 'The New York Times' que ese viaje fue una trampa de los servicios de Inteligencia iraníes. El diario 'The Guardian' recogió las palabras del propio protagonista que dijo en ese momento a los suyos que «debo regresar, soy un soldado y es mi deber», ya que habría recibido la petición de su exjefe de convertirse en asesor sobre cómo el país debía responder a la decisión de Donald Trump de retirar a Estados Unidos del acuerdo nuclear con Irán. Noticia Relacionada Fútbol estandar No El futbolista iraní Amir Nasr Azadani evita la ejecución, pero es condenado a 26 años de cárcel por un «delito contra Dios» M. Z. Irán condena a muerte a otras tres personas acusadas de matar a varios agentes de policía durante las protestas Desde que puso un pie en su país natal comenzaron los interrogatorios y su hermano denuncia que «las acusaciones en su contra se basan puramente en confesiones forzadas bajo coacción extrema». No es el primer alto cargo iraní detenido bajo la acusación de espionaje, pero no es nada habitual que estos casos terminen con la horca. En un primer momento le acusaron de conspirar con una potencia extranjera, un delito que conllevaba un máximo de 10 años de cárcel, pero en 2021 las acusaciones se elevaron a «corrupción en la Tierra» , cargo que conlleva la pena de muerte en el sistema islámico. Ejecución política El ministro de Relaciones Exteriores británico, James Cleverly, había pedido previamente que se detuviera la ejecución y lamentó que «este es un acto políticamente motivado por un régimen bárbaro que tiene un total desprecio por la vida humana». Estados Unidos se sumó a la condena y el enviado especial para Irán, Robert Malley , pidió el final de «las detenciones injustas, confesiones forzadas, juicios vergonzosos y ejecuciones políticas». Tras el caso de Akbari, el próximo en la lista de ejecuciones de espías puede ser Ahmad Reza Djalali, ciudadano sueco iraní detenido desde 2016 y condenado al año siguiente a muerte por cargos de espionaje. Su familia también lo niega. .